En España existen varias modalidades que se adaptan a tus necesidades: préstamos personales con importes de hasta 1.500 € para gastos de consumo y urgencias; préstamos exprés que se aprueban en minutos y se ingresan directamente en tu cuenta; líneas de crédito preaprobadas con un límite disponible de hasta 1.000 €, para usar y devolver solo lo que necesites; y promociones de primer préstamo sin intereses durante 30 días para quienes pueden liquidar rápido sin costes extra.

El importe máximo depende de tu perfil y capacidad de pago, pero en la mayoría de plataformas en España puedes acceder hasta a 1.500 € en una sola solicitud. Los plazos de devolución suelen ir de 3 a 12 meses; también hay ofertas a 30 días sin intereses para quienes prefieren liquidar pronto, mientras que los plazos más largos permiten cuotas ajustadas a tu presupuesto mensual.

Debes ser mayor de 18 años, disponer de DNI o NIE vigente, aportar un justificante de domicilio reciente (luz, agua o internet) de no más de 3 meses, acreditar ingresos (nóminas o extractos bancarios), facilitar un IBAN para el desembolso y contar con móvil y correo electrónico activos para verificación y firma electrónica.

Sí. Varias fintech en España usan modelos alternativos que valoran ingresos y actividad bancaria. Puede haber consultas a ficheros de solvencia (ASNEF, Equifax o Experian). Incluso con incidencias, es posible acceder a importes más bajos a cambio de tipos más altos o aportar un cofirmante con buen perfil.

Completas un formulario online con tus datos y subes los documentos. El sistema realiza verificación de identidad y un scoring automatizado. En menos de dos minutos recibes una oferta personalizada con importe, TIN/TAE y plazo. Tras aceptar y firmar electrónicamente, el ingreso se efectúa por transferencia SEPA en 30–120 minutos, según el horario del banco.

El desembolso se realiza mediante transferencia SEPA al IBAN que indiques. Al ser un proceso 100 % digital, la mayoría de plataformas ingresan los fondos en 30–120 minutos, dependiendo de la operativa de tu banco.

Los tipos anuales varían en función de tu perfil, el importe y el plazo. Algunas plataformas aplican comisión de apertura (por ejemplo, 1 %–5 %), mientras que otras no cobran comisiones adicionales. En caso de impago pueden devengarse intereses de demora y gastos de gestión; tras impagos prolongados podría comunicarse la deuda a ficheros de solvencia (p. ej., ASNEF). Normalmente se permiten amortizaciones totales o parciales sin penalización.

En Finloo empleamos certificados SSL y cifrado TLS para que tu información viaje segura, además de firma electrónica avanzada (tokens o biometría) para validar tu identidad. Cumplimos con RGPD y LOPDGDD: no compartimos tus datos sin tu consentimiento y puedes ejercer tus derechos de acceso, rectificación, supresión, limitación y oposición.

Puedes pagar mediante domiciliación SEPA, transferencia a tu IBAN o tarjeta desde tu área de cliente. En algunos casos también es posible usar Bizum o TPV virtual. Verifica siempre la referencia para que el abono se aplique correctamente.

Sí. Puedes amortizar total o parcialmente sin penalización. Al reducir capital, disminuyen los intereses futuros y acortas el plazo. La mayoría de prestamistas recalcula tu calendario automáticamente al registrar el abono a capital.

Si te retrasas, pueden devengarse intereses de demora y gastos de gestión. Tras varios impagos, el prestamista podría comunicar la deuda a ficheros de solvencia (ASNEF). Para evitar cargos adicionales, contacta cuanto antes para acordar un plan de pagos o una reestructuración.

Sí. Si la fecha no encaja con tu flujo de ingresos, la mayoría de plataformas permite cambiarla con al menos 48 horas de antelación. Solicítalo desde tu perfil o por e-mail; normalmente no conlleva costes y se mantienen los términos del contrato.